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Luang Prabang

La llegada a esta ciudad del norte de Laos nos llenó de emoción. Estuvimos una hora sobrevolando selva vírgen y finalmente aterrizamos en medio de ella. Nos envolvían montañas impenetrables, jungla frondosa y la luz tenue del atardecer.

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Salimos del aeropuerto en un taxi compartido. No encontramos otra opción ya que, después de hacer todos los trámites de aduana, ya era noche cerrada. Pagamos 50.000 KIP para dos personas. Después de pasar por el hostal nos dirigimos al mercado nocturno. No es muy grande pero el alboroto es el mismo que el que caracteriza los mercados asiáticos.
Allí pudimos saborear crepes, debido a la huella que dejaron los franceses. Eso se nota por todas partes pero sobretodo en la gastronomía. Los restaurantes preparan quiches, fondues, confit de pato, … y todo eso puedes regarlo con un buen vino o champagne. Incluso encontramos cava Freixenet. Una delicia culinaria en medio de la cocina asiática!

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El día siguiente lo dedicamos a descubrir la ciudad, sus secretos escondidos y sus reliquias patentes. Es fácil llegar a toda partes andando, aunque descubrimos que existe un “green bus”, un tipo de túk-túk eléctrico, que por muy poco dinero te traslada a los puntos más emblemáticos de la ciudad.
Empezamos subiendo la colina de Phu Si, en el centro histórico de la ciudad protegida por la Unesco. Después de subir los 329 escalones llegas a la colina, coronada por una estupa dorada de 24 metros de altura. Vista desde lejos parece flotar en las alturas y desde su posición las vistas de la ciudad rodeada por el río Mekong y los alrededores son inmejorables. En el camino se puede encontrar un pequeño santuario que protege una huella del pie de buda, muy curioso.

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Al bajar visitamos el antiguo palacio real, donde se encuentra el buda de 83 cm de alienación de oro que da nombre a la ciudad. También pudimos curiosear la colección de automóviles de la realeza.DSC07413_Fotor

Paseando por sus calles con arquitectura colonial francesa, llegamos al templo budista de Wat Xieng Thong, el más famoso de la ciudad. Erigido en 1560, destacan sus tejados y sus mosaicos en la pared.

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Para terminar la ruta nos presentamos al Centro de Artes Tradicionales y Etnología (TAEC) para conocer las culturas de las tribus de las montañas del norte de Laos. Visita ineludible, además los beneficios revierten en mejorar el bienestar en esos pueblos tribales. Dentro hay una pequeña tienda con sus productos y una cafetería.

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Publicado en ASIA DESTINOS LAOS LUANG PRABANG

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