Una de las actividades más populares que puedes realizar en Chiang Mai es ir a visitar una reserva de elefantes. Desde nuestro punto de vista fue la experiencia más emocionante y conmovedora de nuestra ruta por la zona. Indispensable! Es una práctica muy enfocada al turismo, pero también es cierto que estos animales están perdiendo su hábitat y que si no fuera por estas reservas estarían extinguidos.
Se encuentran muchas compañías que ofertan esta actividad, y no todas ofrecen el mismo tipo de experiencia. Algunas usan al elefante principalmente como medio de transporte y atracción turística, y otras, en que priorizan que los elefantes estén todo el día con su mahout (su cuidador y con quien comparten la vida desde que el elefante nace, formando un lazo estrechísimo) en su hábitat y el visitante simplemente comparte el día con ellos participando en el cuidado diario de estos magníficos animales. Nosotros nos decantamos por la segunda opción ya que pensamos que esta alternativa es la que respeta más al animal. La mayoría son empresas privadas aunque también existe una reserva del estado.
Nosotros elegimos la reserva de BMP Elephant Care Project. Se encuentra a unos 30 km de Chiang Mai, y es un lugar muy familiar. Decidimos pasar dos días y una noche, ya que entonces aparte de estar con los elefantes, también visitamos toda la zona y realizamos varias actividades. Durante el día estuvimos nosotros dos con un grupo de 4 chicos canadienses y después nos quedamos solos, con dos guías, y un grupo de cinco elefante con una cría de 9 meses con sus respectivos mahouts. Con nueve meses ya pesaba 300 kilos el bebé! Fue todo un lujo! Os dejamos su e-mail por si os interesa, bmp_tourservice@yahoo.com.
A primera hora nos pasaron a buscar por el guesthouse en Chiang Mai con una minivan y nos llevaron hasta la reserva. Al llegar te dan una ropa de trabajo para que los animales no se extrañen al verte y te perciban como alguien familiar. Después nos contaron un poco sobre la historia de los elefantes asiáticos y nos detallaron cómo funciona su reserva. Para el esperado encuentro con los animales nos dieron una bolsa llena con caña de azúcar y bananas, así es fácil ganarse su confianza! Uau! Al principio te inunda una inmensa sensación de fascinación y respeto a la par.
Nos costó un ratito acercarnos, pero gracias a la comida que traíamos y a su insaciable apetito, poco a poco te vas haciendo aliado de ellos. Luego te entran unas inmensas ganas de abrazarlos!
Todos están continuamente al lado de su inseparable mahout, se nota la relación de extrema complicidad y el respeto que existe entre ellos. Gracias a ellos tu puedes interactuar con los elefantes, ya que te indican cómo y cuándo puedes acercarte a ellos. Es una labor asombrosa!
Una vez hechas las presentaciones nos llevaron a un campo a recolectar comida para ellos. Solo duermen unas 5 horas y se pasan el resto del día comiendo. Sus mahouts nos contaron que comen alrededor de un 20 % de su peso, que está sobre las 5 toneladas, imaginad! Cuando nos vieron acercarnos cargados empezaron a balancear la trompa de alegría. Es impresionante ver la agilidad, fuerza y destreza que tienen en esa única extremidad multiusos. Con ella olfatean, cogen agua para echarla a la boca, cogen tierra para echarla encima, arrancan troncos de bambú inmensos para comerselos, y te pueden coger una delicada banana de las manos sin aplastarla.
Después pudimos gozar con ellos de un paseo por la selva, donde arrasan por donde pasan. Les encanta, van comiendo todo lo que pueden y sin parar.
Al volver, y con el calor que hacía, disfrutamos de un baño en una de las lagunas de la reserva. Con guerra de agua incluida y ellos tienen las de ganar! Les encanta el baño, pero lo que más les gusta es que les frotes la piel. Se relajan un montón! Y a nosotros nos fascinó!
Más tarde cogimos las bicis y fuimos a visitar varios pueblos de la zona, pueblos rurales, con encanto y con esa gente tan agradable que los caracteriza.
También pudimos compartir cocina con ellos e intentamos empaparnos de su gastronomía y su arte culinario. Que bien que comen en Chiang Mai! También compartimos charlas, cervezas y bailes… que grandes!
En fin, una experiencia esencial que nos os dejará indiferentes!
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