Nos dirigimos a la bahía de Halong desde Hanoi, con un tour organizado. Al final decidimos ir con un viaje organizado ya que queremos visitar Halong y la isla Cat Ba con la bahía de Lan Ha, y como tenemos poco tiempo y poca paciencia para estar negociando con ellos, pensamos que esta es la mejor manera para hacerlo.
Después de casi cinco horas en bus para llegar a la ciudad de Halong, donde aprovechamos para conocer a los que serían nuestros compañeros de aventuras durante tres días, por fin, embarcamos en el crucero que nos llevará dos día por esa famosa bahía, maravilla del mundo natural. Las expectativas son altas, como no, y, en un primer momento la decepción nos invade. Hemos aprendido y ya no nos creamos demasiada expectativas de los sitios que vamos a visitar… Llegamos y nos dejamos llevar, que nos sorprenda el lugar!
Inicialmente nos decepciona por la cantidad de cruceros que nos rodean, parece las ramblas!! Suerte que estamos en temporada baja! A mesura que nos vamos adentrando nos va encandilando. Las vistas no son espectaculares ya que el día esta nublado, pero igualmente gozamos un montón descubriendo más y más montículos en una bahía enorme. Ahora sí que nos impresiona!
Hacemos la primera parada en una cueva esculpida dentro de esos islotes calizos. Una gruta muy amplia con multicolores efectos de luz artificial, que para nuestro gusto no hacían falta. La particularidad con otras cuevas que hayamos podido ver con anterioridad es el techo, que un día fue esculpido por las olas.
Más tarde, a bordo de un kayak, nos adentramos al islote de los monos. Es una pequeña entrada por un lateral del islote que te lleva al lago interior, rodeado de paredes muy altas de piedra caliza. Y una vez dentro, como bien indica su nombre, pudimos ver por primera vez esos intrépidos animales saltando de rama en rama, que agilidad!
Por la noche, después de deleitarnos con la comida vietnamita servida al crucero, podemos probar suerte con la pesca nocturna. Nos dejan una caña con un par de anzuelos y a esperar. Nosotros no tuvimos fortuna pero uno de los tripulantes logró pescar una sepia! Y más tarde incluso nos montaron un karaoke a bordo!
Al día siguiente ascendimos a uno de los picos de esos montículos y, después de sudar la camiseta, pudimos disfrutar con la panorámica desde esas alturas!
En general valió la pena la experiencia, por la majestuosidad del lugar, por la compañía a bordo y por todas las actividades que realizamos!
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