Dedicamos todo un día a visitar esta pagoda escondida en las entrañas de la montaña del Perfume. De hecho es un conjunto de pagodas y templos budistas situados a unos 60 Km al suroeste de Hanoi.
Desde la capital tomamos una furgo que nos dejará en el embarcadero Ben Duc al borde del río Yen Vi, que remontamos con una barca a remos. Subimos en una pequeña barquita metálica donde una mujer muy enérgica te lleva una hora río arriba. Disfrutamos un montón en ese silencioso paseo de preciosas vistas.
Tras desembarcar visitamos el santuario de Den Trinh, que es una llamativa estructura de piedra con cinco arcos, donde la tradición dice que tenemos que informar a los dioses de nuestra presencia quemando palos de incienso.
La siguiente parada es la pagoda de Thien Tru, la cocina del cielo, ya que los vietnamitas imaginan que las rocas de la montaña que la rodean se parecen a una cocina tradicional.
La última visita será la pagoda del Perfume, en lo alto de la montaña. Hay dos opciones para llegar allí: ascender por 4 kilómetros de escalones o subir con el teleférico. Decidimos montarnos en el funicular ya que el trayecto vale 2 euros y con ese clima tropical no es fácil llegar a la cima a pié. La bajada si la hicimos andando…jejeje!
Este templo es uno de los lugares espirituales más famosos de Vietnam, por eso, y para evitar aglomeraciones, mejor visitarlo entre semana, que no está tan frecuentado!
El santuario se encuentra dentro de una cueva, llamada del Perfume, que los locales dicen que se asemeja a la boca de un dragón. Para llegar a ella tenemos que bajar más de 100 escalones de piedra. En el interior de la gruta, que mide unos cincuenta metros de altura, encontramos un altar muy llamativo, varias estatuas de buda y una campana de bronce espectacular.
Las creencia populares dicen que las parejas deben ir allí para rezar que nazca su primer hijo o hija. Dependiendo del sexo que se desee, se orará en un rincón de la cueva o en otro.
Después deshacemos el camino hecho para llegar a la capital!
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