Sapa se encuentra en un valle rodeado de terrazas de arrozales y flanqueado por montañas por todos lados. Esta ciudad está al lado de la frontera con China, y recibe muchos turistas de ese país. Es un lugar con unas vistas espectaculares y con decenas de rutas de senderismo al abasto. Allí es donde se encuentra el pico más alto de Vietnam, el Fansipan de 3143 metros.
Nosotros llegamos allí con el tren nocturno, ya que nos encanta viajar con ese medio de transporte. Además, las carreteras del país no son del todo confortables para un viaje de muchas horas, ya que hay muchos baches y algunos tramos sin asfalto. Existe mucha oferta de empresas que gestionan camas para el tren nocturno. Nosotros decidimos elegir la empresa de trenes nacionales, que es la más económica y da un servicio más que razonable por el precio que demanda. Lo mejor es dirigirte a la estación y comprar directamente el billete en las taquillas y te ahorras la comisión que aplican los hoteles y los centros de gestión de packs turísticos. Y creedme que vale la pena ya que las comisiones que se quedan son exageradamente altas. En Vietnam siempre tienes que negociar el precio de todo lo que compras ya que normalmente, al ser turista, te quieren vender todo a un precio muy exorbitado, entre un 30% y un 70% más del precio real. El billete para una cabina con 4 camas (soft bed) cuesta unos 360.000 VND , casi 24 euros. Después de 8 horas llegas a Lao Cai, última estación del tren, y allí tienes que coger una furgo que en una hora te sube al corazón de los montes Hoang Lien.
Nosotros fuimos en noviembre, invierno en esa tierra, y podemos constatar que los inviernos allí son fríos. Estábamos entre 6 y 9 grados durante todo el dia, lloviendo a cántaros y todo esto atenuado por una espesa niebla que cubría todo a nuestro alrededor. No miramos la previsión del tiempo antes de ir … Error! Hacedlo siempre!
Cerca de la ciudad existen muchos pueblos tribales, sobretodo hmongs. Hay la opción de alojarte en sus cabañas, como un invitado, pero nos pareció que era una situación demasiado forzada y nos alojamos en un hostal en la ciudad. Cuando llegas a Sapa te invaden muchas mujeres de estas comunidades, que aunque carecen casi por completo de educación, se desenvuelven bien en varios idiomas y son vendedoras muy insistentes para que les compres su artesanía… ya lo comprobareis!
El rato de tregua que tuvimos con el tiempo hicimos una caminata hasta el pueblo cercano de CatCat, donde pudimos comprobar que los vendedores, niños, perros, gallinas, cerdos y búfalos se mezclan todos por sus calles. En la ruta por dentro del pueblo ves un par de cascadas y cruzas el río por un puente colgante. Nosotros no pudimos hacer más pero nos contaron algunas rutas y lugares, como la cascada de plata y el puente de las nubes, que seguro que valen la pena cuando el tiempo es favorable. Encontramos una agencia de excursionismo, Sapa O’chau, que revierte los beneficios en la educación y formación de los niños tribales.
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