Bienvenidos a Vientián, probablemente la capital más tranquila del sudeste asiático. Esta ciudad ha despertado con fuerza y ya lleva más de una década transformándose. Tuvimos la oportunidad de hablar con una familia del país que nos contó que ahora la capital es más dinámica, sobretodo gracias a la inversión que recibe de capital extranjero.
La verdad es que no vimos a muchos turistas paseando por las calles o visitando los museos y los restaurantes no gozan de demasiados clientes. Puede que los turistas no le den la oportunidad que se merece a este país.
La gente, siempre muy amable y cordial, te acogen como si fueras uno más de la familia. En todo momento oyes un “sabaidi”, su manera de darte la bienvenida. Te ayudan en lo que necesites, sin esperar nada a cambio. Te ayudan y ya está. Quizás todavía mantienen ese espíritu bondadoso de los hombres libres, a los que todavía no les ha perturbado el capitalismo.
Como vimos que las distancias eran bastante cortas decidimos plantear la visita a la ciudad a pié, aunque también podéis hacerlo bien en bicicleta. El centro histórico es pequeño y los templos y monumentos más destacados no están muy lejos unos de otros.
Pha That Luang: Esta preciosa estupa dorada es el monumento religiosos más importante de Laos. Nuestra visita coincidió con la luna llena de noviembre que es cuando ellos celebran las fiestas en honor a este templo. Pudimos gozar viendo como monjes y locales hacían ofrendas florales al monumento y todo el alrededor estaba lleno de atracciones y mercados aprovechando la gran afluencia de gente. Sin duda se percibe la importancia de este templo en la cultura de Laos.
Patuxai: Cerca del Pha That Luang encontramos, en una gran avenida, este arco del triunfo. Dicen que es una réplica del de París aunque nosotros no hemos tenido la suerte de ver el parisino, con lo que lo dejamos las comparaciones para los entendidos. Es muy imponente y que se puede subir en la cima para contemplar las vistas de la ciudad.
Wat Si Saket: Es el templo más antiguo de la ciudad, hecho de madera con preciosos adornos que están en proceso de restauración.
COPE: Es un centro sin ánimo de lucro que se dedica a ayudar a las personas con discapacidades físicas, especialmente las afectadas por los explosivos sin detonar, o UXO, ya que aún quedan muchas zonas llenas de restos de bombas de la guerra de Vietnam.
Esta organización proporciona prótesis y rehabilitación a los afectados y les ofrecen una vida digna después del drama. Si os acercais a visitar el centro tienen un museo donde explican todo lo relacionado con las bombas UXO y como ayudan a los afectados. También puedes acercarte al gimnasio que tienen y ver como estos valientes practican deportes y luchan para ser felices y olvidar los horrores que han sufrido. Os dejamos el enlace para más información. http://www.copelaos.org
Buda Park: Conjunto de estatuas budistas hinduistas situadas 25 Km al sudeste de Vientián. Puedes llegar en tuk tuk o coger el bus 14 de la terminal Talat Sao. Nosotros alquilamos una moto para todo el dia y así aprovechamos para conocer los reclamos mas apartados de la ciudad. Los locales lo llaman Xiengkuane y sus más de 200 estatuas y la mayor de ellas con forma de calabaza y un buda reclinado de 120 m no te dejarán indiferente.
También es muy recomendable ir a ver la puesta de sol a orillas del Mekong. Se junta mucha gente local y algún turista. Estábamos todos en silencio, con cámara en mano, mientras observábamos ese gran espectáculo que nos brindó el cielo. Imprescindible si estáis allí a esa hora. Cuando ya ha caído la noche, en ese mismo lugar es donde empieza el mercado nocturno. Está muy bien montado y venden producto local. Se puede cenar por los alrededores en algún puesto de carne asada, muy rica, y tomar alguna Beerlao. También descubrimos un bar belga donde puedes encontrar gran variedad de cervezas, aunque nosotros intentamos ser fieles a la gastronomía y a las bebidas de cada país al que estamos. Cuando llegan las 12 de la noche ya no quedan opciones de ocio por la ciudad y es la hora de ir a descansar.
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