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Puerto Princesa y el río subterráneo

Llegamos a la magnífica isla de Palawan, un tesoro en medio del mar de Sulú. Aterrizamos en esta isla del sudoeste de las Filipinas con un vuelo desde Manila, la capital, de poco más de una hora. La pequeñez del aeropuerto ya nos da una idea de la cantidad de gente que debe vivir en la isla. Y al buscar los datos encontramos que goza de una densidad de población de 56 personas por km2, una bicoca! En Barcelona la densidad de población es de casi 16.000 habitantes por Km2, os hacéis a la idea verdad?
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El aeropuerto se encuentra en Puerto Princesa, mas o menos al centro de la estrecha y alargada isla. Esta es una ciudad tranquila y con una única calle principal con varios comercios. También cuenta con un considerable puerto comercial y con varias iglesias, fruto de la colonización del lugar por los españoles que convirtieron a sus nativos al cristianismo.
De esa época de colonización también conservan algunas palabra, como los días de la semana, los números, los meses del año, y otras pocas más.
Decidimos montar nuestro campamento base en el centro y desde allí ir a visitar lo que nos pareciera atractivo. Así podemos dar tantas vueltas como queramos sin tener que cargar con el equipaje.
A tan solo diez minutos de la ciudad con triciclo se encuentra la Pristine Beach. Aunque se tiene que pagar entrada (menos de un euro), el sitio es muy tranquilo y solo frecuentado por algunos locales. Es de agua cristalina y de arena blanca, un buen sitio para relajarse todo el día, que de hecho es lo que hicimos nosotros.

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Desde Puerto Princesa existen excursiones en barco a la cercana bahía de Honda, donde se pueden visitar varias islas, hacer snorkel y, si es temporada, avistar delfines.
Partiendo de la ciudad fuimos a visitar también el río subterráneo de Sabang, una de las maravillas naturales del mundo anclada en un paraje de extrema belleza. Fuimos en furgo, y todos los compañeros eran filipinos visitando su país, reímos mucho con ellos. Pagamos 1200 PHP cada uno por toda la ruta, con almuerzo incluido. La ruta hasta allí son casi dos horas pero antes de llegar visitamos un manglar, con un increíble ecosistema, lleno de lagartos, serpientes, cangrejos, insectos, etc. La única manera de entrar en él es en barquita por sus oscuras aunque calmadas aguas. Un paseo por allí no tiene desperdicio!

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Una vez llegados a Sabang, embarcamos en una ruta de 30 minutos para llegar a la playa donde desemboca el río subterráneo. Decenas de personas esperan su turno ya que para entrar es necesario montarse en unas barcas a remos donde caben 10 personas.
Las barcas hacen un recorrido de 1’5 km por esa espectacular cueva en un circuito que dura casi una hora. Solo el remero dispone de una pequeña linterna y todo lo demás es oscuridad. Él iba enfocando las formaciones rocosas por las íbamos avanzando. Viven centenares de murciélagos dentro pero también otros curiosos animales que nunca salen de las profundidades de esa cueva y que nunca han conocido la luz del sol. Crustáceos, arácnidos, mamíferos, gusanos e insectos viviendo en un microclima totalmente inhóspito para el ser humano. Los antiguos habitantes de la zona creían que dentro de esa cueva se escondían los espíritus malignos y nunca se adentraron más allá de la desembocadura. No fue hasta finales del siglo XX que un grupo de espeleólogos se aventuró a descubrir las entrañas de ese río subterráneo y hoy en día todavía existen investigaciones y diversos estudios en ese sorprendente, aunque remoto, lugar.
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Publicado en ASIA DESTINOS FILIPINAS PALAWAN PUERTO PRINCESA Y EL RIO SUBTERRANEO

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