Para desplazarte de Bangkok a Chiang Mai tienes que pasar por esta zona, a menos que vayas en avión, y nos pareció interesante visitarla por la importancia histórica y cultural que tiene en el pasado de los thais, ya que fue la antigua capital del país.
Esta ciudad legendaria aguarda ruinas históricas y templos. El centro está custodiado por tres ríos que le confieren un estatus de “isla”. Todos ellos bien transitados ya que sirven para el transporte, para el baño e incluso como fregadero.
Llegamos a la ciudad en tren desde la estación de Hualamphong, en Bangkok. El billete nos costó 15 THB y el recorrido duró una hora y media. En el tren van subiendo vendedoras de comida, hombres con cubos con refrescos, viejas con bolsas de plátano frito, etc. Hambre y sed no vais a pasar.
Un vez llegados a la ciudad tenéis que coger un ferry para cruzar el río y llegar a la ‘isla’, que son tres minutos y vale 5 THB. Una vez allí encontraréis varios templos y ruinas, todos recomendables para visitar y un precioso parque lleno de árboles inmensos y lagos verdosos. Alquilamos una bici, ya que la ciudad es muy llana y así puedes moverte con relativa rapidez.
Nosotros elegimos visitar el Wat Phra Si Sanphet, con tres magníficos chedi; el Wihaan Phra Mongkhon Bophit, con uno de los mayores budas de bronce; el Wat Phra Mahathat, donde se encuentra la famosa cabeza de buda enraizada por tentáculos de un árbol y el Wat Yai Chai Mongkhon, con el buda yacente. Dicen que si le pegas una moneda a los pies te traerá buena suerte. En muchos de estos templos encontraréis centenares de budas decapitados por la invasión de los birmanos hacia el 1767.
En esta ciudad es donde nos topamos por primera vez con los elefantes. Y digo topamos porque casi fue literal. Aparcamos la bici y mientras mirábamos el mapa nos rozaron la espalda, una sorpresa magnífica. Aquí los utilizan como atracción turística ya que puedes dar un paseo en sus lomos o darles de comer. No nos gustó la idea ya que el trato que vimos que le daban a los elefantes no era de merecido respeto. Pasan mucho calor encerrados en pocos metros cuadrados y luego tienen que salir para andar por un asfalto en llamas. No lo recomendamos!
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